Si no llega el sol por culpa de la montaña... ¡montamos un espejo gigante!

Había una vez un pequeño pueblo en Italia, llamado Viganella, cerca de Suiza, que, al encontrarse detrás de una gran montaña, dejaba de ver el sol durante 84 días seguidos en invierno.

Esto implicaba que el invierno era no sólo frío sino lóbrego: las flores morían, las temperaturas se desplomaban y la ropa tendida no se secaba más.

Como si de un loco se tratase al alcalde se le ocurrió montar un espejo gigante en una montaña cercana y reflejar el sol hacia la plaza del pueblo...

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Por cierto, este pequeño pueblo italiano está hermanado con Huelva, aunque creo que allí no les hace falta el espejo para tener sol todo el año... ;-)